A pesar de que los cálculos teóricos decían que con una antena omnidireccional de 12 dBi y otra de 2 dBi se puede cubrir una distancia de más de 2 Km, no acababa de creérmelo. Las redes inalámbricas domésticas y de oficina no suelen llegar mucho más allá de un par de habitaciones, con antenas grandes o pequeñas. Está claro que las paredes atenúan mucho la señal, pero ¿tanto?.
Tenía que hacer una prueba para convencerme, así que dejé un punto de acceso configurado en modo "master" con la omni de 12 dBi en el jardín de casa y me fui con el coche para ver a dónde era capaz de llegar la cobertura de red. Para probar la cobertura llevaba un portátil, un adaptador USB-WiFi y un par de antenas: una omni de 2 dBi y una Yagui de 12 dBi. La primera parada, a menos de 300 metros en línea recta, ya me dejó claro que la red tenía más alcance de lo que mi intuición me había dicho. La señal se recibía con fuerza con la omni de 2 dBi.

Alentado por el resultado me fui al lugar más alejado posible con visión directa al punto de acceso, que resultó ser de 1,2 Km, después de consultarlo en Google Maps. La señal se recibía más tenue con la omni, pero todavía con fuerza suficiente como para establecer un enlace a 54 Mbps. Mucha mejor señal que la que obtengo del router desde mi habitación, a menos de 10 metros de distancia.

Con la antena Yagui, la señal era perfecta. El Network Manager indicaba un 98 % de calidad del enlace. Debería haber tomado las medidas de señal en dBm, utilizando, por ejemplo, la salida del comando iwlist scan, o el contenido del archivo /proc/network/wireless. Pero por alguna razón el adaptador de USB que uso no parece dar valores en dBm, o yo no les he encontrado el sentido. Tengo que investigar eso un poco más.
Aquí hay una vista desde el lugar donde estaba situada la Yagui. La situación del punto de acceso está indicada por la flecha roja:
